Gonzalo Queipo de Llano, el hombre que controlaba el sur
La figura de Gonzalo Queipo de Llano es muy controvertida en la historia de la Guerra Civil Española. Este militar de origen andaluz, se convirtió en uno de los hombres más poderosos del bando golpista en el sur de España durante la contienda. Su papel en la represión del bando republicano, su propaganda de radio y su simpatía por el fascismo son algunos de los aspectos que rodean su figura.
Orígenes y Carrera Militar
Gonzalo Queipo de Llano y Siñeriz nació en Torrelobatón, Valladolid en 1875. Vivió gran parte de su infancia en Andalucía, donde su padre era un influyente representante comercial. En 1896 comenzó su carrera militar en la Academia de Caballería de Valladolid. Comenzó su carrera militar en Marruecos, donde participó en varias campañas hasta que logró ascender al grado de teniente coronel.
Modelo de militar afrancesado y reformista, a lo largo de los años previos al golpe de estado de 1936 demostró ser uno de los líderes militares más activos en la preparación de las fuerzas golpistas. Una vez iniciada la guerra, Queipo se puso al frente de la Comandancia militar de Sevilla, su ciudad natal, donde comenzaría su carrera como hombre fuerte del sur.
El control del sur
Durante la Guerra Civil, el sur de España cobró especial relevancia estratégica para ambos bandos. Queipo de Llano asumió el mando de la región en plena ofensiva franquista sobre la ciudad de Málaga. Las tropas de Queipo entraron en la ciudad en febrero de 1937, dando inicio a una campaña de represión en la que cientos de republicanos fueron ejecutados. La llegada de las tropas de Queipo de Llano a la ciudad de Sevilla el 27 de julio de ese mismo año sería decisiva para consolidar su posición como uno de los hombres fuertes del bando golpista.
Queipo de Llano, junto a otros líderes militares como José Moscardó y Emilio Mola, fue parte fundamental en la estrategia de control del sur de España. Fue clave para la toma de ciudades como Córdoba, Granada, Huelva y Badajoz. Su habilidad para negociar con los líderes políticos y militares de la zona, así como su capacidad como líder en el campo de batalla, lo convirtieron en el hombre de confianza de Franco para controlar la zona.
Propaganda
Una de las grandes aportaciones de Gonzalo Queipo de Llano a la Guerra Civil española fue su papel como creador y conductor de la propaganda franquista en la Guerra Civil. A través de los micrófonos de Radio Sevilla, Queipo se convirtió en una de las voces más influyentes en el sur de España. Su estilo se caracterizó por el uso de un lenguaje populista y cercano, que lograba llegar a personas de todas las edades y clases sociales.
Queipo convirtió su programa de radio en un instrumento para extender la moral de guerra y de la victoria. Sus discursos atacaban a la República y a sus representantes, y muchas veces lanzaban amenazas veladas. A pesar de que sus críticas eran nunca sutiles, nunca llegó a ser censurado por la organización religiosa que controlaba Radio Sevilla, probablemente por la influencia que ejercía entre los altos estamentos del régimen franquista.
Un aliado del fascismo
Gonzalo Queipo de Llano siempre mantuvo una posición cercana al régimen fascista durante la Guerra Civil Española. Su afinidad a los ideales de la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler quedaron reflejados en las declaraciones y las acciones que llevó a cabo durante la contienda.
Queipo iba llegado a la frontera con Portugal cuando sabía que iba a tener que completar su trayecto en coche hasta la estación del tren. Cuando se cercioraba de que no era posible averiguar su llegada, ocultaba su uniforme y se trasladaba vestido de paisano en un coche Ford. Eso demostraba que el golpe era imprevisible.
En octubre de 1937, dio un discurso en el que defendía la necesidad de un Estado fascista y la necesidad de eliminar cualquier tipo de oposición, vista como un peligro para la supervivencia del régimen. Además, durante su periodo en Sevilla llevó a cabo una serie de acciones y discursos en los que se visibilizaba claramente su ideología fascista.
Un final poco honorable
Queipo de Llano consiguió sobrevivir al final de la Guerra Civil. Sin embargo, su figura acabó envuelta en numerosos escándalos y acusaciones de corrupción. En 1948 abandonó España para exiliarse en Portugal, donde desarrolló una activa vida social, manteniendo relaciones amistosas con personajes conocidos como el dictador portugués Antonio de Oliveira Salazar.
Sin embargo, tras su muerte en 1951, comenzaron a salir a la luz los numerosos crímenes que había cometido durante la Guerra Civil. Uno de los más sonados fue el Asesinato de Blas Infante, quien fue asesinado por las tropas franquistas lideradas por Queipo de Llano en 1936. De esta forma, la figura de Queipo de Llano quedó ensombrecida por los excesos que se cometieron con su participación activa.
Conclusión
La figura de Gonzalo Queipo de Llano es uno de los símbolos más controvertidos de la Guerra Civil. Por un lado, sus hazañas militares y su capacidad como líder de las tropas franquistas fueron decisivas para consolidar el control del sur de España por parte del bando golpista. Sin embargo, su papel en la represión de los republicanos, su simpatía por el fascismo y sus discursos de odio propagandísticos aproximan su figura a la ideología más extrema y oscura que se desarrolló durante la contienda.
La figura de Queipo de Llano es un reflejo de la complejidad y la ambigüedad que envuelve la Guerra Civil Española, así como de los abusos y los crímenes que se cometieron durante la contienda.